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La propagación del cristianismo por otros antes de Pablo El cristianismo comenzó a extenderse incluso antes de que Pablo se convirtiera en un misionero destacado. Después de la resurrección de Jesús, sus discípulos y seguidores inmediatos comenzaron a difundir su mensaje. En [Hch 2:1-41], durante el día de Pentecostés, el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles, lo que les permitió hablar en diferentes lenguas. Este evento marcó el comienzo de la misión de la iglesia primitiva de llevar el evangelio a diferentes culturas y pueblos. Uno de los primeros en difundir el cristianismo fue Felipe, quien predicó en Samaria y llevó el evangelio al eunuco etíope, como se relata en [Hch 8:4-40]. Pedro también jugó un papel crucial, especialmente con la conversión del centurión romano Cornelio, que simbolizó la apertura del cristianismo a los gentiles ([Hch 10:1-48]). Además, muchos de los primeros cristianos que huyeron de la persecución en Jerusalén llevaron el mensaje de Jesús a nuevas regiones. En [Hch 11:19-21], se menciona que algunos de ellos llegaron a Fenicia, Chipre y Antioquía, predicando a los judíos y, eventualmente, también a los gentiles. La iglesia en Antioquía se convirtió en un centro importante para la misión cristiana y fue desde allí que Pablo y Bernabé fueron enviados en su primer viaje misionero ([Hch 13:1-3]). Por lo tanto, aunque Pablo fue un misionero influyente y escribió muchas de las cartas del Nuevo Testamento, no fue el único responsable de la expansión temprana del cristianismo. Otros discípulos y creyentes también jugaron roles significativos en llevar el mensaje de Jesús a diferentes partes del mundo.

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